Juan de Zúñiga y Flores (Madrigal de las Altas Torres, c. 1547 – ¿Madrid?, 20 de diciembre de 1602) fue un religioso y político español, obispo de Cartagena e inquisidor del Santo Oficio, que llegó a ser inquisidor general durante unos pocos meses.
Biografía
Hijo de Juan de Zúñiga y de Inés de Flores.[1] Estudió en la Universidad de Salamanca.[2] Tuvo varios cargos eclesiásticos y en ámbito de la corte. Primero fue canónigo en la catedral de Toledo e inquisidor de en el Consejo de la Suprema Inquisición.[1] Fue nombrado obispo de Cartagena el 23 de enero de 1600.[3] Aparece citado como miembro del Consejo del rey y de la catedral de Toledo, además de ser comisario general de Cruzada y tener cargo en el tribunal de la Inquisición.[2]
Por orden de Felipe II, visitó la Universidad de Salamanca en 1593 y, reunido en claustro, se aprobaron unos importantes estatutos para el centro, en igualdad a los de Diego Covarrubias, aprobados por el rey el año siguiente.[2]
Como miembro del consejo, presentó al rey un memorial que había redactado y acordado previamente con el marqués de Denia, que informaba de los nombramientos basados en el nepotismo de Pedro Portocarrero en el tribunal eclesiástico, haciendo caso omiso a las directrices del difunto Felipe II.[4] Sobre los nombramientos, creía conveniente que el inquisidor general los consultara con el monarca y luego se comunicara al consejo los que le parecieran más convenientes, situándose así la actuación de la máxima autoridad del Santo Oficio bajo control.[4]
Precisamente, poco después fue elegido inquisidor general por bula de Clemente VIII de 29 de julio de 1602, sucediendo a Fernando Niño de Guevara.[5] Sin llegar a ejercer demasiado el cargo, murió pocos meses después, el 20 de diciembre de 1602.[2] Según Llorente, en este periodo hubo 16 procesos, con unas 688 víctimas.[5]
Referencias




